Ryan Holiday
Ser justo en un mundo injusto
Preocúpate por los demás, incluso cuando no sea retribuido. Incluso cuando te cueste.
Procura que tus actos comporten un bien social.
Haz siempre lo correcto: complacerás a algunos y asombrarás al resto.
Mantengamos nuestra palabra con nosotros mismos: eso es disciplina. Mantengamos nuestra palabra con los demás: eso es justicia.
Es más fácil ser un gran hombre que un buen hombre. Desde luego, hay más casos de lo primero que de lo segundo.
Vivamos de una forma que nos haga sentir orgullosos. Comportémonos de día de una forma que nos permita dormir de noche.
Nunca perjudiques a un hombre que trabaja para ganarse la vida.
La gente vive momentos difíciles. No contribuyamos a la carga de nadie. Intentemos aligerársela cuando podamos.
Los demás desean lo mismo que nosotros: dignidad, seguridad, respeto, libertad, felicidad.
¿Te convertirás en lo que estás destinado a ser? ¿Irás a donde más te necesitan?
Justificamos el uso del cuchillo mientras este se clava.
Nos negamos a mirar y dejamos que lo haga otra persona.
Cuando los demás se apartan, nosotros nos acercamos.
Cuando los demás empiezan a pensar en sí mismos, nosotros nos negamos a traicionar nuestro compromiso.
No prolonguemos nuestras dificultades. No eludamos nuestras obligaciones.
Ganamos cuando empezamos. Empecemos.
Tú ayudas a otros. Ellos te ayudan a ti. Juntos son mejores. Así es como funciona. Así es como se hace justicia.
Un líder tiene que tomar decisiones. Un líder tiene que actuar. Debe ser idealista a la vez que realista, porque hay cosas que tiene que proteger.
Quienes se quedan sentados mientras otros sufren son unos cobardes, dispuestos a comprar su tranquilidad con deshonra.
La negación de los derechos humanos en cualquier lugar supone una amenaza a la afirmación de los derechos humanos en todas partes.
Los estoicos dicen que nos forjamos una vida, que creamos cambios acto tras acto, día tras día.
Es mejor obrar bien y quedar sin recompensa que obrar mal y escapar sin castigo.
Elige cualquier momento del pasado, el que quieras. ¿No es casi todo mejor ahora que entonces?
Nadie dice que ahí afuera no esté oscuro, y puede volverse todavía más oscuro.
Perdonemos poco a poco, día a día, hasta que dejemos correr el asunto.
Si bien no se puede deshacer lo que se ha hecho, siempre tenemos la oportunidad de hacerlo mejor.
Tenemos la oportunidad de convertirnos en una persona mejor como resultado de lo que ha sucedido, aunque para ello haya que dar un paso al frente y asumir la desagradable responsabilidad por lo ocurrido.
El bien no se busca, se encuentra.
Las personas son peores de lo que nos gustaría, pero también son mejores de lo que alcanzamos a comprender. Ahí radica el poder de la gracia.
No se trata de nosotros en absoluto. Se trata de personas que confían en nosotros.
Lo único que importa es que hagamos lo que importa.
Tomamos decisiones pequeñas para poder tomar las grandes, aunque nadie mire, aunque solo nos importe a nosotros.